miércoles, 1 de abril de 2009

Discriminacion a personas enfermas de VIH-SIDA


La posición de la Iglesia frente al SIDA y la discriminación
A continuación, se encuentra la posición de la iglesia, resumida brevemente del Informe publicado por el Comité Ejecutivo de la Federación Luterana Mundial en junio de 1988.
"La Iglesia debería abrir sus puertas a todos, en forma incondicional, tal como Cristo abrió la puerta a todos, sin tener en cuenta quienes eran o lo que habían hecho. La salvación es dada a todos por gracia, a través de la fe, y no por causa de hechos o comportamientos. Al aceptar a todos, Cristo dio acceso a su perdón y a la nueva vida. Hoy, en su Iglesia, recibimos est vida nueva por medio de la Palabra y los sacramentos. Al excluir a alguien de esta fuente de vida, la Iglesia se hace culpable de la más grave forma de discriminación que existe.
La difusión del SIDA depende de realidades culturales, sociales y económicas. La Iglesia debería cuestionar seriamente su propio papel en el desarrollo que facilito la difusión de la enfermedad, y desafiar a sus propios miembros y a la sociedad para tomar medidas que eliminen actitudes de discriminación y acciones prevalentes en la sociedad.
Discriminación.
La discriminación tiene muchas facetas:
inadecuado cuidado profesional para las personas que son VIH positivos;
estigmatización y aislamiento de la familia, del contexto social, de la comunidad y de la Iglesia;
perdida del empleo;
violencia física y/o psicológica contra personas de orientación homosexual, prostituidos y drogadictos;
restricciones de viajes;
presiones familiares y sociales sobre lo que brindan ayuda para que no cuiden a las personas infectadas con el VIH;
negativa a brindar cuidados sanitarios básicos y seguros de vida o salud;
registros obligatorios;
rechazo a brindar alojamiento;
actitud negativa para brindar acceso a la educación ,especialmente a los niños;
análisis obligatorios sin consentimiento; "chivos expiatorios";
exclusión de personas, tales como refugiados y estudiantes procedentes de áreas altamente endémicas.
En algunos países, el SIDA afectó principalmente a grupos que ya estaban marginados, y como consecuencia aumentó la discriminación (homosexuales, drogadictos intravenosos y prostituidos). El turismo sexual, donde varones económicamente poderosos explotan a mujeres y varones jóvenes, pone en peligro e incrementa el riesgo de la transmisión del VIH. Esto alienta la discriminación, ya que ciertos grupos no son considerados dignos de ser protegidos contra el VIH, sino que son expuestos al virus por motivos de lucro económico.
Las estructuras socioeconómicas en el mundo promueven la pobreza de ciertas comunidades y grupos, haciendo más vulnerables a la difusión del SIDA a aquellos que no tienen privilegios. La lucha contra el SIDA es por lo tanto una lucha contra la pobreza, el analfabetismo, la prostitución, la drogadicción y todas las formas de desigualdad social. La falta de información tendenciosa también contribuyen a la discriminación.
Efectos de la discriminación.
En el nivel individual:
La discriminación afecta profundamente a las personas. Ella conduce a la perdida de autoestima, a sentimientos de culpa y vergüenza. A menudo las personas con SIDA se apartan por sí mismas de la asistencia que necesitan debido al temor a reacciones negativas de los otros. El aislamiento aumenta el sentimiento de "ser el único con SIDA". Ansiedad, depresión y suicidio pueden ser los resultados.
Las personas afectadas por el SIDA necesitan ser aceptadas por la Iglesia y conducidas, junto con todas sus emociones, al descubrimiento de su dignidad como creadas a la imagen de Dios.
La Iglesia debería sostener y cuidar a aquellas que se están ocupando de las personas con SIDA, para brindarles fuerzas y coraje para continuar su ministerio.
En el nivel comunitario:
La discriminación de ciertos grupos lo obliga a esconderse. La comunicación, el contacto y la existencia llegan a ser difíciles y la transmisión del VIH se facilita. La discriminación de las personas infectadas por el VIH es un obstáculo serio en la lucha para combatir la transmisión de la enfermedad. La Iglesia tiene la especial responsabilidad de reconocer estos grupos discriminados y sus necesidades.
La Iglesia debe poner de manifiesto las acciones discriminatorias y desafiar a sus miembros, a la comunidad y al gobierno de información y que están altamente expuestos a la pandemia."
En resumen, se ve claramente cómo la Iglesia reconoce el problema actual de la "tercera epidemia", lo analiza e inicia planes de acción para erradicar la discriminación, ayudando a quienes padecen la enfermedad, y condenando a aquellos que están involucrados en el acto discriminatorio.
Los grupos de riesgo
La discriminación entonces no abreva en el prejuicio, sino también en el terror al contagio y en la construccion social de mitos y leyendas que logren afirmar la peligrosidad de quien padece el estigma, para justificar la segregación, el aislamiento. La sociedad, poco a poco, va formando y catalogando "grupos de riesgo", como lo son los homosexuales o los drogadictos. Los integrantes de estos grupos están condenados a ser prejuzgados por la sociedad, sin importar cuánto afán pongan en demostrar que toman las precauciones necesarias para no contraer ni transmitir la enfermedad (si es drogadicto, no compartir jeringas; si es homosexual, usar preservativo).
El siguiente caso real ejemplifica perfectamente la terrible situación de las personas pertenecientes a los "grupos de riesgo".
"El dia de Acción de Gracias del 1991, Victor Umpierre murió de SIDA. Pero su familia y compañero de largo tiempo lo sobrevivieron. De acuerdo a la ley puertorriqueña 50% de sus propiedades le pertenecian a su familia. Robert tenia derecho al uso de dichas propiedades por el resto de su vida. Dos meses despues de la muerte de Victor, su hermana y su padre (Vicky y Victor Sr.) obtuvieron una orden de la corte para tomar posesión de todas las propiedades de Robert y Victor. Reclamando que Robert era responsable por dinero que Victor le habia tomado prestado a su padre para iniciar una empresa y por esa razón el padre de Victor tenia derecho a 50% de todo. Robert fue expulsado de su propió hogar y oficina y tomaron todas sus pertenencias incluyendo articulos personales. Luego Vicky y Victor Sr. Se adueñaron de todas las cuentas de banco, acciones y bienes raices y confiscaron las obras de arte y antiguedades. Inclusive Vicky le arranco de las maños el album de retratos, que era el único recuerdo que le quedaba de su relación de 10 años con Victor. Lo único que le dejaron fue dos perros y un gato. Robert fue obligado a dejar la isla por el ostigamiento constante y la violencia fisica que los Umpierre impusieron sobre él.
Así, se vio obligado a vivir a Canadá por cinco años, subsistiendo de la asistencia social del gobierno. En 1995, un juez dictó que un administrador estatal tomaría posesión de todas las propiedades sin que la familia.Umpierre tuviese acceso a nada hasta que todo fuese propiamente dividido y que si Robert regresaba a vivir a puerto rico su mitad le sería entregada.
Los Umpierre decidieron ignorar estas deciciones y la corte parece permitírselo. Han pasado 5 años y todavía los Umpierre tienen todo y Robert nada."
Como se puede apreciar, la discriminación furiosa y ciega de la familia del difunto Victor hacia Robert, su pareja homosexual, no da lugar al correcto procedimiento legal, y esto es por la presunción de los Umpierre de que Robert fue quien contagió a Víctor de SIDA. Pero, ¿estaban cien por ciento seguros de esto, mediante exámenes científicos? Y aún si lo estuvieran, eso no permite que la voluntad del difunto, expresada claramente en un testamento, pueda ser violada. Por otra parte, el accionar de la justicia fue deficiente y denigrante. ¿Hubiese actuado de la misma manera si hubiese sido una pareja heterosexual? ¿Habría dejado a la esposa y a los hijos en la calle?
Este caso es una clara muestra de la ineficacia que tiene la sociedad para acual imparcialmente, incluso aquellas personas que estudiaron toda su vida para serlo.
Neoliberalismo y SIDA
Si bien el acto de discriminar se reitera a lo largo de los años, las formas concretas en que el mismo se expresa van variando. Hoy no se postula para los enfermos de SIDA el aislamiento externo que condenaba a los leprosos fuera de las ciudades medievales. La segregación opera con mecanismos más sutiles pero igualmente inhabilitantes.
Bajo una supuesta intención humanitaria se postulan exámenes masivos de la polación con fines "preventivos". Exámenes pre-ocupacionales que cierran las puertas del exiguo mercado laboral  a los infectados de VIH; obligatoriedad del estudio para los migrantes, que restringe el derecho a circular libremente por los territorios.
Se calcula que aporximadamente el 90% de los 10 a 30 millones de personas infectadas por el VIH en el mundo está en el grupo de edad económicamente productiva. Esta cifra demuestra claramente la incidencia que tiene el SIDA en el área del trabajo. Es necesaria, pues, la imposición inmediata de definición de politicas tanto en las empresas como en el plano de los gobiernos.
La discusión gira en torno a la pertinencia de promover exámenes masivos a los trabajadores. Si bien empresas transnacionales como IBM o Ciba-Geigy se han pronunciado contrarias a su realización por el carácter discriminatorio y estigmatizante, no hay acuerdo general en este punto y se han verificado diversos casos de expulsión del trabajo o impedimentos para ngresar a una determindad empresa en quienes se prueba la condición de portador del VIH.
En el plano de la definición de políticas públicas se pone en evidencia la discusión acerca de quién asumirá los costos de la atencion de los afectados por el SIDA. En momentos en que el estado se desentiende cada vez más de funciones que hasta no hace mucho se re reconocían como indelegables y privatiza amplios aspectos de la vida social, los gastos que demanda la atención del SIDA se inscriben en una suerte de "tierra de nadie". Cabal ejemplo lo constituyen los sitemas de medicina prepaga que no cubren tales servicios y el desborde de la cada vez más comprimida enfermedad sanitaria pública.
La declaración de Luc Montaigner "Creo que tendremos una solución para el SIDA antes del año 2000, pero sólo beneficiará a los países desarrollados" a su paso por la Argentina durante la presentación del "programa Nacional de Lucha Contra los Retrovirus Humanos-SIDA" del Ministerio de Salud y Acción Social muestran las dispares condiciones que, también en el caso del SIDA, enfrentan los paises del capitalismo tardío frente a las posibilidades del capitalismo avanzado. Muy difícilmente se diseñan políticas públicas tendientes a morigear los efectos de la discriminación en países como el nuestro.
Los casos de discriminación laboral por SIDA son incontables, y crecen cada día de manera exponencial. El siguiente, ocurrido en mexico, nos sirve de ejemplo.
"Alfonso llevaba cinco años como trabajador eventual en una empresa paraestatal mexicana, cuando se presentó la oportunidad de que se le diera una plaza permanente.
En un país donde la tasa de desempleo se calcula oficialmente en un 30 por ciento, Alfonso tenía buenas razones para estar emocionado. Uno de los requisitos para modificar su situación laboral consistía en una serie de exámenes médicos. Alfonso se sometió a ellos sin ningún problema. "Mi salud era inmejorable, por lo que no tuve ninguna preocupación", explica Alfonso.
Sin embargo, cuál sería su sorpresa cuando sus compañeros de trabajo modificaron de repente su comportamiento hacia él. Algunos incluso le preguntaron sobre su orientación sexual y su estado de salud. La secretaria de la empresa le llamó y le dijo que habían surgido algunos problemas, que el médico le quería realizar otros estudios, pero nunca le dio detalles. Le repitieron algunas radiografías de tórax, "porque según ellos tenía alguna malformación de columna".
"Me llevaron a la capital del país, allá directamente se me realizaron pruebas de sangre, se me interrogó sobre mi vida sexual, indagaron si había sufrido alguna transfusión, e incluso me dieron una incapacidad médica, pero nadie hablaba claramente", recuerda Alfonso. Finalmente, su hermana, quien también presta sus servicios en una de las sucursales de la empresa, le llamó y le pregunó abiertamente: "¿es verdad que tienes SIDA?".
Las pruebas  iniciales de Alfonso habían incluido, sin su conocimientos la de detección del VIH/SIDA. Y antes de que él mismo se enterara, el resultado positivo de su examen se convirtió en un secreto a gritos entre sus colegas. Finalmente la empresa le informó que tenía el virus que genera el SIDA y que no podía seguir trabajando en esa empresa, ni menos aún recibir la plaza definitiva."
La doctora Patricia Campos, secretaria técnica del Consejo Estatal para la Prevención y el control del VIH/SIDA (COESIDA) de Jalisco, señala que existe una Norma Oficial Mexicana (NOM) a la cual deben adherirse todas las empresas, centros de salud y poblacion en general en la que se señala de manera clara que el ser portador del VIH/SIDA no es razón para que a alguien se le niegue el acceso al trabajo, o se le despida. Sin embargo las violaciones en ese sentido se dan en el país y en el mundo de manera cotidiana.

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